La Copa Oro y su (fallido) intento de reinventarse

"Vimos la necesidad de hacer un cambio después de 20 años, sin perder su historia y conservar su estilo; darle un aire fresco..."

Nuevas reglas, nuevo formato, nuevo trofeo... pero con el mismo nivel, con el mismo futbol, con la misma corrupción y con el mismo tercermundismo. La Copa Oro, en un intento de "mejorar" (otra palabra peyorativa de la Concacaf), se ha reinventando. O eso es lo que pretendían (o prendenten, no sabemos muy bien cómo están las cosas) los directivos y capos de la Concacaf, ya que han hecho varios cambios al torneo concacafquiano más importante, cambios que comienzan en esta edición 2013. Veamos cuáles son estos utópicos cambios y cómo funcionan (o cómo deberían de funcionar).

Nueva Copa Oro
Pues no sabemos cómo tomar estos supuestos "cambios" que se quieren hacer, no sabemos si es de verdad o es otra cortina de humo, otro argumento falso para que los mandamás de la Concacaf se sigan enriqueciendo a costas del futbol, un futbol que no mejora, al contrario, parece seguir en las mismas, y peor aún, parece retroceder [véase: crisis tricolor].

Al igual que el futbol mexicano, la Concacaf planea mejorar en base a cambios superficiales, por ejemplo, dándole prioridad a algunos temas irrelevantes, como la nueva imagen del trofeo, que ahora es mucho menos grande que el anterior. Llevar el torneo a nuevas sedes, dizque para acercar a los equipos a las comunidades latinas que habitan en Estados Unidos, aunque en realidad esto no es más que una manera de ampliar el negocio, ya que los principales consumidores de la Copa Oro (estadios y televisión) son los latinos que viven en EU.

También hay modificaciones al reglamento, modificaciones que, de cierta manera, benefician a las Selecciones "grandes" (México y USA). Asimismo, se hicieron cambios en el formato de competencia, ya no hay sorteo para definir los Grupos, simplemente se pusieron a los equipos en cada Grupo "aleatoriamente", según la Concacaf, aunque quien sabe cómo le hicieron. Eso sí, la estrategia mercadotécnica (y de interéses) no se modificó, ya que México y Estados Unidos siempre son colocados sistemáticamente en sus respectivos Grupos para que se enfrenten en la Final, de hecho, éste es el chiste de la Copa Oro, hacer que México y USA se enfrenten en la Final del morbo.

Claro, también hay "cambios" administrativos, como el nuevo presidente de la Concacaf, Sunil Gulati, que luego de una "reñidísima" elección, se impuso sobre su principal competidor, el mexicano, Justino Compeán. No sabemos si ganó gracias a la Ley de Jeffrey, o la descarada e irreal compra de votos, que no sólo se dio por parte de Gulati, sino por parte de Justino, pues éste último ya estaba "apalabrado" con las federaciones del Caribe (federaciones en donde ni siquiera existe una liga de futbol), pero en el último momento, los caribeños le dieron la espalda, y los votos saltaron hacia otro lado. Y Compeán se quedó sin puesto.

Pero lo más maravilloso de todo, es el cinismo de Compeán, ya que prácticamente confiesa que ya había "hecho el trabajo sucio" para obtener votos, es decir, que ya había hablado con los integrantes de la Concacaf y los había sobornado:

"Te quedan unos espacios de tristeza porque pensábamos que teníamos el puesto, que habíamos contado, pero aquí aunque cuentes, aunque te firmen, nada más el voto en ese momento es el válido y a la hora de sumar fueron 18-17", dijo el sinvergüenza de Compeán. Pero continúo, y aseguró que se llevó una sorpresa por el cambio de último momento: "De que me llevé una sorpresa sí me la llevé, y seguramente hay motivos por la que me la llevé, pero cada quien es libre de ejercer su voto, son muy hábiles para la plática (la gente del Caribe), son muy hábiles cuando estamos haciendo el proselitismo. No hay muchas sorpresas de lo que nosotros conocíamos, sabemos de muchos fondos que se quedaron en diferentes partidas, no llegaron a las islas, no llegaron a los equipos, a los países", sentenció el muy sucio.

Compeán hubiera sido el sucesor de una verdadera rata de dos patas: Jack Wagner, quien fue acusado de corrupción por la FIFA, la misma FIFA que antes nomás se hacía de la vista gorda ante estos actos de vandalismo en la zona, y del mismo Wagner, pero ahora, porque sus interéses estaban de por medio, tuvo que hacer justicia.

Con esta evidente corrupción, con el cinismo a todo lo que da, la Concacaf quiere hacer cambios y mejorar el nivel futbolístico de la zona, pero la forma y las prácticas no son las adecuadas. Además, el nivel de la Copa Oro no se mejorará vía Concacaf, la mejoría tiene que comenzar en las distintas ligas de la zona, después, ese crecimiento se vería reflejado en las Selecciones.

Es cierto que la Concacaf podría hacer que mejore el nivel de la zona, pero primero la Concacaf tiene que mejorar desde adentro, administrativamente, a la par que las ligas también lo hacen, pero para que esto suceda, primero las sociedades latinoamericanas tendrían que salir del tercermundismo, y eso sí que es complicado.

Y para muestra, un botón; lo que hemos visto en esta Copa Oro 2013, ha sido para el olvido, ha sido patético; el nivel es igual o peor de pobre que las ediciones anteriores, y para colmo, esta vez la mayoría de los equipos están compitiendo con cuadros alternativos (equipos "B"), si ya de por sí el nivel futbolístico es pobre, con equipos "B" las cosas se vuelven más abominables.

Partidos infumables, sin ningún tipo de emoción, sin futbol y sin ningún nivel competitivo; y qué decir del arbitraje, que es de miedo, de un nivel amateur. Lo curioso del caso, es que en esta Copa Oro 2013 se han visto buenas entradas, sin duda, otro aspecto bizarro de la zona.

Pero si de bizarreces hablamos, qué me dicen del medio boleto a la Copa Confederaciones que entrega esta edición. ¿Ridícula? ¿Absurda? ¿Sin sentido? No importa cómo califiquemos este nuevo formato, en Concacaf ya estamos acostumbrados, porque en la zona concacafquiana todo es posible.

Efectivamente, el torneo entregará medio boleto para la Confederaciones de Rusia 2017, un medio boleto para un equipo con jugadores que ni siquiera estarán para esa Confederaciones. Pero, repetimos, esta es la Concacaf, y así nos las gastamos.

Por supuesto, este chiste del medio boleto no se compara con los escándalos de corrupción, que se han dado desde siempre, y si ahora estamos hablando más de ellos es porque han salido a la luz gracias a que ya era imposible seguir echando por debajo de la alfombra toda la basura.

Apenas en la edición del 2011, la corrupción se estaba dando en nuestros propios ojos, ya que en el 2012, salieron a la luz pruebas contundentes de arreglos de partidos de algunos equipos, entre ellos, El Salvador y Guatemala. Siendo el caso más sonado el de la Selección salvadoreña, incluso la FIFA --en un extraño arranque de justicia y juego limpio-- suspendió de por vida a varios jugadores de El Salvador y Guatemala. De hecho, el partido de Fase de Grupos entre México y El Salvador, el cual El Salvador perdió 5-0, fue uno de los partidos amañados.

Lo peor del caso, es que algunos jugadores de aquella Selección salvadoreña que fue comprada, todavía tuvieron participación en la Copa Oro 2013, hace poco, hace unos segundos. Para que vean que en la FIFA y en la Concacaf se dan unas fiestas... que para qué les contamos.

Es más, se dice que el partido entre Estados Unidos y Belice (6-1), de esta Copa 2013, estuvo arreglado, donde se sospecha que los centroamericanos perdieron a drede --no, no es chiste, ya sabíamos que iban a perder, pero ya estaban comprados para que ni siquiera intentarán ganar el partido, aunque a este arreglo no le entiendo, la verdad-.-

Arreglos de partidos, apuestas, jugadores comprados; el crimen organizado haciédola de ajedrecista, etc., todo esto es lo que rodea a la Concacaf, y es por ahí donde hay que comenzar a cambiar.

Con los nombres grabados
Y hay más, otro de los cambios, el más sobresaliente de todos, es el trofeo de la Copa Oro, que sufrió un cambio relativo, primero, la Copa ahora sí es de oro (24 kilates, o eso es lo que dicen), segundo, el trofeo sigue siendo el mismo pero ya no es tan desproporcionado; en realidad, la mejoraron bastante.

La novedad del dichoso trofeo, es que ahora traerá consigo toooodos los nombres de los equipos ganadores --que nada más son tres: México, USA y Canadá (!)--, sí, como los trofeos de verdad.

Los encargados de develar el nuevo trofeo fueron Justino Compeán, el mediocre José Manuel de la Torre, el sumiso Héctor González, y los desconocidos Fernando Cerrilla y Luis Palma.

Citamos nuevamente al perdedor Justino Compeán, para conocer su opinión acerca del máximo torneo de la Concacaf, durante la presentación del trofeo:

"Para México un honor, un privilegio y compromiso participar en la Copa Oro, sin duda el evento más importante de Concacaf [¿en serio, Justino?], la Federación tiene que honrar antes que cualquier otro torneo la Copa Oro porque es de nuestra confederación [Cómo, ¿en serio, Justino?]", manifestó el directivo, en evidente estado de drogadicción.

¿Y qué dijo el adorado "Chepo"? Pues dijo poco, sobretodo cuando le preguntaron sobre el trofeo, y la respuesta fue sorpresiva, porque todos hubiéramos pensando que iba a decir algo como "eso se lo dejo a ustedes", pero no, dio su opinión, y esto fue lo que dijo:

"Es un trofeo precioso... Es agradable ver todos los nombres de los Campeones en el trofeo". Sí, cuando habla sin presión, es ecuánime y hasta inteligente.

En fin, cambios que no son más que maquillaje, intentos de cambios que no irán a ningún lado si la propia Concacaf no cambia primero; La Copa Oro, un torneo que en lugar de crecer, va retrocediendo, va perdiendo prestigio (el poco que tiene). Una Copa, que después de 11 ediciones, todavía parece estar en su fase experimental, en una Confederación que se caracteriza por la corrupción, y donde el futbol no es prioridad.

Fotos | Ximinia, Mexsport